............Cuando era pequeño, como buen hijo de ateos practicantes, no asistía a la “asignatura” de Religión. Dejando de lado polémicas como el hecho de dar cualquier tipo de educación religiosa en el marco de una enseñanza laica, nos centraremos en la alternativa educativa al aleccionamiento espiritual. Dicha alternativa consistía en un inconsistente conjunto de conocimientos imprecisos llamado “Ética”. Hoy en día, me provoca cierta satisfacción y otro tanto de sonrisa sardónica la situación de que los que no íbamos a Religión tuviéramos Ética.
............Sin embargo, y pesar de mi gusto por los juegos de palabras, no se puede obviar que tan innecesaria era una materia como la otra. Una por improcedente y la otra por mal planteada. La mayoría de mis compañeros acudían prestos a una clase impartida por una “profesora” elegida por la autoridad religiosa (in)competente en un colegio público —designación divina infalible de por medio, nada de oposición, que es cosa de mortales—. Y la minoría, entre la que me encontraba, nos quedábamos con el profesor desorientado de turno, que no tenía ni idea de qué hacer con nosotros.
............Al principio se molestaron en ponernos un libro de texto en el que se agrupaban temas sobre urbanidad, valores sociales, empatía, tolerancia y demás argumentos Disney. Pero, luego, la asignatura desapareció como tal y nos quedamos en el Limbo —nuestros compañeros, en el Cielo—. Entonces ya no había ni ley ni orden y los siete u ocho seres amorales y sin conciencia religiosa corríamos por la clase haciendo fechorías de todos los colores.
............Los sucesivos profesores aprovechaban la hora para hacer tareas pendientes, por lo que nos pasábamos solos la práctica totalidad del tiempo lectivo. Las ocupaciones eran maquiavélicas y, del Limbo, pasamos al Infierno. Entre nuestras acciones preferidas destacaban la copia de los deberes de nuestros compañeros ausentes, así como cambiar todos los estuches de mochila o esconder libros. También nos gustaba bombardear los coches aparcados con bolas de papel higiénico mojado o, en caso de disponer de tiempo, descerrajar armarios cerrados con el ánimo de encontrar futuros exámenes.
............Así descubrí que la ética consiste en aprovecharse del trabajo de los demás, sabotear los instrumentos de trabajo de nuestros compañeros, usar artículos de limpieza con fines sucios y tratar de obtener información privilegiada mediante actos inmorales. Años más tarde, estudiando Periodismo, comprobé que estaba en lo cierto.
............Así descubrí que la ética consiste en aprovecharse del trabajo de los demás, sabotear los instrumentos de trabajo de nuestros compañeros, usar artículos de limpieza con fines sucios y tratar de obtener información privilegiada mediante actos inmorales. Años más tarde, estudiando Periodismo, comprobé que estaba en lo cierto.
8 comentarios:
Tienes toda la razón. Yo en vez de ir a catecismo para la confirmación, nos quedábamos en hora de tutoría, que consistía en hacer deberes, tocarse la napia, etc. Era mi hora preferida. xD
Jejeje. Dí que sí. Gracias por formar parte del lado oscuro. Saludos.
Y mi padre debió advertir esto cuando, en 8º de EGB le dije: "papá, me parece a mí que yo no creo en dios, eh? quiero dar ética este curso en vez de religión".
Él me dijo: "Sí bueno, pues cuando entres al instituto, y así estamos más seguros de que no crees en dios, que para tocarte las narices en clase siempre hay tiempo".
Obviamente, refunfuñé un poco sólo, porque es que tenía razón, y total, un año más de religión me resbalaba por completo: ya era impermeablemente atea.
Un saludo!
Gracias por leerme, Rune. Me alegro de tu "milagrosa" conversión. Es reconfortante para los ateos de nacimiento.
Saludos.
Hombre, al menos te quedó clara la distancia que hay desde el limbo al infierno. Y mira, donde esté el
calorcito que se quite lo demás.
Saludos
Bah... Impíos aficionados... ¿Acaso no habéis visto los cargos en mi contra?
César
Pues juro por San Majoma Bendito que yo llegué al ascetismo y tuve la Gracia de alcanzar al altísimo, gracias a las enseñanzas recibidas. Es decir, una noche soñé que alcanzaba la cima del Everest. La estética de la ética también es maleable.
César, tú eres un referente.
Xrisstinah, si Dios se entera de que el Everest le pilla cerca, lo dinamita. Mira lo que hizo con la torre de Babel. Shhhh, que no se entere, que bastantes líos tienen los budistas.
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