sábado, 6 de febrero de 2010

Verdades como puños

............Ayer por la tarde acompañé a mi abuelo a hacer la compra semanal al supermercado. No lo hago por ser buena nieta, ni porque me guste ir a comprar. Lo hago porque me lo paso chachi llevando el carro cargado de vuelta a casa; se trata de un carro que, una vez lleno hasta los topes, adquiere consciencia y se convierte en una satánica máquina de atropellar viandantes. Es una delicia, funciona a las mil maravillas. Deben de haberlo fabricado en la zona del infierno reservada a los alemanes, probablemente.
............Cuando la cajera acabó de pasar nuestra compra, mientras yo la amontonaba dentro de la Bestia y salivaba fantaseando con el excitante viaje de vuelta a casa, le dio a mi abuelo un montoncito de cupones de descuento para próximas compras. Y mi señor abuelo, como caballero galante que es, lo agradeció a la chica:
............Más vale esto que una patada en los huevos.
............Pues eso mismo he pensado yo al acabar de escribir esta entrada. Así que disfrutadla, que podría ser mucho peor.

1 comentario:

Shiro dijo...

viene de familia xD.

¿Entre los más buscados?

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